miércoles, 12 de octubre de 2011

Un día que me arruinó el resto de mi vida...

Hace 10 años que llegaste a mi vida, no avisaste a nadie, no diste ninguna razón simplemente un 28 de octubre de 2001 ahí estabas para siempre en mi vida, sin poder decirte adiós. Llegaste cuando aún era una niña, una niña inocente que no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Para mí todo eran juegos, era ir al cole, comer un bocadillo en el recreo corriendo con mis amigos, al salir de clase eran más juegos más risas, los horarios los ponían mamá y papá, no tú. Pero al llegar tú todo cambio, no sé cómo lo hiciste pero desde el primer día cuando nadie tenía claro todavía si ahí estabas o no, tú me amargaste mi cumpleaños, y los días siguientes a él fueron los peores de mi vida, la peor noticia que me han dado en la vida: Isa, no sabemos cómo decirte esto, es delicado pero… tienes diabetes. Al principio no sabía lo que aquello significaba, pero cada día que pasaba era una nueva prohibición, más agujas, más broncas por no hacerte un control, más miedos y más incertidumbre. Ya no podía ser la misma niña que era antes, las fiestas de pijamas no existían para mí, los cumpleaños eran siempre condicionados, la comida siempre pesada, siempre con un bolso a cuestas para poder llevar todo el material, años cuidándote para que al fin y al cabo no puedas hacer lo que los demás porque te ha dado una bajada o tienes cuerpos católicos. Las risas de los niños de pequeña, las miradas extrañas de la gente de mayor, los comentarios ofensivos y los que no lo son tanto, los que piensan que es una broma y los que dicen que suerte, los que piensan que me invento la enfermedad, una bajada o una subida, todos aquellos han ido haciendo un agujero cada vez más grande que no se cierra nunca porque hay mucho avance pero por ahora ninguna solución ni a corto ni a largo plazo… Quizás en sí, las cosas no sean tan duras pero todo lo que me ha causado y todos los llantos provocados no se olvidan y menos en una edad en la que quieres ser independiente y no depender de una aguja y un líquido proveniente de un cerdo. Dicen que las personas que más sonríen, las que se toman con más humor la vida, son las que más han sufrido a lo largo de esta. Probablemente sea verdad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario